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Así colaboramos con las iglesias de todo el mundo

La Iglesia Sueca pertenece a la red global más grande del mundo, la iglesia cristiana, presente tanto en los suburbios de las grandes ciudades como a la sombra de un árbol en algún país sin carreteras, y allí donde casi nadie más logra llegar.

El cometido de las parroquias consiste en celebrar el culto, enseñar y llevar a cabo la labor misional y la diaconía. Ese es el cometido de toda iglesia, donde quiera que se encuentre.

Todos tienen algo que aportar

La cooperación internacional de la Iglesia Sueca dispone de aproximadamente 20 empleados destinados en distintos países. Durante más de cien años los enviados han personificado la solidaridad y la amistad de la iglesia en todo el mundo, enriqueciéndonos con las experiencias que traen consigo al regresar.
 
Pero nuestra fuerza reside, sobre todo, en los miles de empleados con que cuenta la iglesia en todo el mundo. Compartimos la fe, las experiencias y los recursos.
 
Una imagen apropiada es pensar que la iglesia es el cuerpo de Cristo, del cual todos formamos parte. Dependemos unos de otros y formamos una unidad en la que todos tenemos algo que aportar.

Un amplio trabajo

Por ello, no podemos quedarnos mirando cuando una parte del cuerpo está sufriendo. Y por ese motivo son necesarias la reciprocidad y la igualdad en las relaciones entre las iglesias y las organizaciones.
 
Somos parte del mismo mundo y creemos que otro mundo es posible. Creemos que todas las personas tienen la capacidad de construir una vida mejor si disponen de las circunstancias adecuadas.
 
La cooperación internacional de la Iglesia Sueca se caracteriza por la amplitud de sus actividades. Junto con copartes de todo el mundo llevamos a cabo nuestra labor misional y trabajamos con el desarrollo rural, el cambio climático, el VIH y el SIDA, la paz, los derechos humanos y la democracia.

Independiente del origen y las creencias

La cooperación internacional de la Iglesia Sueca forma parte de la alianza ACT, una colaboración a escala mundial entre iglesias y organizaciones para actuar en crisis humanitarias, favorecer el desarrollo y llevar a cabo campañas de concienciación e información.

Proporcionamos apoyo a las personas independientemente de su origen, creencias o ideas políticas. La cooperación internacional de la Iglesia Sueca no sería posible sin las donaciones y el compromiso de particulares y parroquias.